Dorados, un refugio para el deporte en Culiacán

Las noticias llegan tarde a ciertos rincones de Culiacán. Sujetos no identificados bloquearon el jueves las principales vías de acceso a la comunidad Paredones, al norte de la zona rural de Culiacán, y atacaron a elementos del Ejército Mexicano.
Aunque las imágenes se reproducen a gran escala en televisión, en Dorados el futbol impone una lógica de orden, como un refugio. Todo se apaga invariablemente cuando se juega un partido. El uruguayo Sebastián Abreu, director técnico del equipo, prefiere aislarse de los que piensan que Sinaloa es un paraíso del narcotráfico. “Cuando vine por primera vez en 2005, me decían que iba a ser peligroso, bravo, con muchas complejidades”, “Pero eso no quita que se pueda disfrutar de este deporte”.Abreu regresó a la ciudad sinaloense hace tres meses. Desde entonces se ha encontrado con personas a las que considera parte de “la vieja guardia”: médicos, utileros, aficionados que seguían con fervor al Gran Pez en primera división.
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